lunes, 9 de febrero de 2009

La Revolución Mexicana en Oaxaca 1.

EL CONSTITUCIONALISMO Y LA SOBERANÍA OAXAQUEÑA

Después de grandes batallas en el centro de México, la lucha entre los grupos revolucionarios se definió a favor del constitucionalismo. Una vez derrotado Francisco Villa y cercado Zapata en Morelos, Carranza dirigió su atención al sur de México.

En Oaxaca, el nuevo gobernador José Inés Dávila, rompió relaciones con Carranza. A mediados de 1915, por medio de un decreto, Dávila sostuvo que mientras México estuviera sin gobierno federal, Oaxaca no reconocería otra autoridad más que la suya. Tal declaración la hizo apoyándose en la Constitución liberal de 1857.

Para defender esta medida, el gobierno de Oaxaca, llamado también "de la soberanía", tuvo que organizar fuerzas armadas, hizo circular su propia moneda y sus timbres postales; creó nuevos distritos, pero los problemas crecieron. Carranza respondió enviando al general Jesús Agustín Castro, que se encontraba en Chiapas, a ocupar militarmente el territorio oaxaqueño. Con el cargo de gobernador y comandante militar, Castro instaló su cuartel general en el puerto de Salina Cruz.

Las fuerzas carrancistas avanzaron sin que los soberanistas lograran detenerlas. Con armamento superior y fuerzas mejor preparadas, los constitucionalistas ocuparon la ciudad de Oaxaca en marzo de 1916.
FRANCISCO I. MADERO VISITA OAXACA

En 1908, el presidente Porfirio Díaz declaró que no participaría como candidato en las siguientes elecciones, pues consideraba que los mexicanos estaban preparados para elegir a sus gobernantes sin que se alterara la paz. Este anuncio despertó las inquietudes políticas de muchos mexicanos.

Francisco I. Madero, miembro de una rica familia de Coahuila, fue uno de los que tomaron en serio lo dicho por Díaz. En su libro, La sucesión presidencial, Madero expresó la necesidad de un cambio en México y llamó al pueblo a organizarse en partidos políticos.

Con hombres jóvenes como el oaxaqueño José Vasconcelos. Madero fundó el Partido Nacional Antirreeleccionista. El lema de esa organización todavía lo usamos en México: "Sufragio efectivo, no reelección".

El gobierno de Dávila se refugió en Tlaxiaco, en la Mixteca, y desde ahí organizó la defensa. Durante los tres años siguientes hubo en la Sierra Juárez y en la Sierra Sur grupos armados que
combatieron al carrancismo.

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